Rallys : Fallece Richard Burns, campeon del mundo de rallys en 2001
El ex piloto británico Richard Burns, de 34 años, y campeón Mundial de Rallys en 2001, falleció durante la noche del viernes al sábado tras perder una larga batalla por recuperarse de un astrocitoma, un tipo de tumor cerebral que se le detectó en 2003. El británico fue operado dos veces, la última este mismo año, pero a pesar del optimismo inicial, no ha podido superar el continuo deterioro que la dolencia le fue produciendo.
Tal y como marchaban las cosas, no iba a ser 2003 su mejor temporada. Richard Burns llegaba cuarto al Rally de Gran Bretaña sin haber ganado ningún rally pero con opciones matemáticas de alzarse con una nueva corona. Sin embargo, Burns ni siquiera llegó a participar en aquel cierre de campaña. Los acontecimientos se sucedieron a una velocidad sólo comparable a la que alcanzaba con su Subaru. Un desvanecimiento, un diagnóstico, y el comienzo de su prueba más dura, la de superar un tumor cerebral.
La pesadilla comenzó de forma inmediata. Un intenso tratamiento y una operación, hicieron que en los primeros momentos el optimismo fuera algo más que un mero formalismo terapéutico. Pese a no poder disputar ningún rally en la temporada siguiente, el piloto mostró una lenta y progresiva recuperación hasta que en abril de este año una nueva recaída le obligó a pasar nuevamente por el quirófano. Desde entonces el ex campeón mundial en 2001 comenzó a ceder en su lucha por recuperarse hasta que la noche del pasado viernes se produjo el trágico desenlace.
La temporada 2001 marca la carrera de Richard Burns. Ese año obtuvo al volante de un Subaru, el cetro mundial. Un título que premió su regularidad a lo largo del calendario, puesto que solo venció en una de las 14 pruebas que se celebraron, cifra superada por hasta tres pilotos más. Sin embargo, su fiabilidad le granjeó un campeonato que ya había rozado los dos años anteriores.
Una vida entre Peugeot y Subaru
Ese éxito supuso la cima de una carrera que se inció en el Mundial de 1990, dos años después de disputar su primera carrera, y cuando contaba con 17. Burns saltó del ámbito local al profesionalismo de la mano del empresario David Williams, que como mecenas, le introdujo en el "Peugeot Challenge", donde venció dos temporadas consecutivas. Posteriormente, y ya conduciendo un Subaru, el que podría considerarse "su coche", destacó lo suficiente como para debutar en el Mundial y labrarse un nombre que le permitiera progresar.
Tras un paso por Mitsubishi, equipo con el que en 1998 corre su primer Mundial completo, vuelve a Subaru, donde ya como un piloto consolidado, obtiene sus mejores resultados, dos subcampeonatos en 1999 y 2000 y el título mundial de 2001. Después, y hasta su retirada en 2003, defendió los colores de Peugeot. En aquella última carrera que no disputó podría haber luchado por un nuevo título mundial. Allí ni siquiera pudo luchar por el triunfo. Esta vez, su lucha, no sirvió para vencer la que hubiera sido su mejor victoria.
Tal y como marchaban las cosas, no iba a ser 2003 su mejor temporada. Richard Burns llegaba cuarto al Rally de Gran Bretaña sin haber ganado ningún rally pero con opciones matemáticas de alzarse con una nueva corona. Sin embargo, Burns ni siquiera llegó a participar en aquel cierre de campaña. Los acontecimientos se sucedieron a una velocidad sólo comparable a la que alcanzaba con su Subaru. Un desvanecimiento, un diagnóstico, y el comienzo de su prueba más dura, la de superar un tumor cerebral.
La pesadilla comenzó de forma inmediata. Un intenso tratamiento y una operación, hicieron que en los primeros momentos el optimismo fuera algo más que un mero formalismo terapéutico. Pese a no poder disputar ningún rally en la temporada siguiente, el piloto mostró una lenta y progresiva recuperación hasta que en abril de este año una nueva recaída le obligó a pasar nuevamente por el quirófano. Desde entonces el ex campeón mundial en 2001 comenzó a ceder en su lucha por recuperarse hasta que la noche del pasado viernes se produjo el trágico desenlace.
La temporada 2001 marca la carrera de Richard Burns. Ese año obtuvo al volante de un Subaru, el cetro mundial. Un título que premió su regularidad a lo largo del calendario, puesto que solo venció en una de las 14 pruebas que se celebraron, cifra superada por hasta tres pilotos más. Sin embargo, su fiabilidad le granjeó un campeonato que ya había rozado los dos años anteriores.
Una vida entre Peugeot y Subaru
Ese éxito supuso la cima de una carrera que se inció en el Mundial de 1990, dos años después de disputar su primera carrera, y cuando contaba con 17. Burns saltó del ámbito local al profesionalismo de la mano del empresario David Williams, que como mecenas, le introdujo en el "Peugeot Challenge", donde venció dos temporadas consecutivas. Posteriormente, y ya conduciendo un Subaru, el que podría considerarse "su coche", destacó lo suficiente como para debutar en el Mundial y labrarse un nombre que le permitiera progresar.
Tras un paso por Mitsubishi, equipo con el que en 1998 corre su primer Mundial completo, vuelve a Subaru, donde ya como un piloto consolidado, obtiene sus mejores resultados, dos subcampeonatos en 1999 y 2000 y el título mundial de 2001. Después, y hasta su retirada en 2003, defendió los colores de Peugeot. En aquella última carrera que no disputó podría haber luchado por un nuevo título mundial. Allí ni siquiera pudo luchar por el triunfo. Esta vez, su lucha, no sirvió para vencer la que hubiera sido su mejor victoria.
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