Boca volvió a ganar en los penales y no para de gritar campeón
El Pato Abbondanzieri fue el héroe atajando dos penales y convirtiendo el decisivo. El partido con Pumas terminó empatado 1-1. Boca ahora también es Rey de Copas.
Y tenía que ser así... Por penales. Como en las épocas gloriosas del Toto Lorenzo o de Carlos Bianchi, cuando por esa vía conquistó cinco títulos. Este fue el sexto con el Pato Abbondanzieri —el más ganador de la historia, junto a Barros Schelotto— convertido en héroe: atajó dos y convirtió el gol decisivo. Para que Boca festeje su 15º título internacional alcanzando a Milan, Real Madrid e Independiente, nada menos. Para levantar la copa bien alto en el año del Xentenario que será inolvidable por donde se lo mire.
Boca fue muy superior en el primer tiempo, donde tuvo el control de la pelota y manejó la estrategia del juego casi a voluntad. Eso fue porque la intención de Pumas quedó rápidamente en evidencia: esperarlo, cortar el juego en la mitad de la cancha —en la zona de Battaglia y Gago— y tratar de salir velozmente en contraataque. Pero Boca no le dio esa chance porque nunca lo encontraron desprotegido.
Así, el equipo del Coco Basile monopolizó el uso de la pelota, la tuvo casi siempre y trepó la cancha con comodidad. Especialmente por el sector izquierdo donde subía Krupoviesa, avanzaba Bilos y gambeteaba Rodrigo Palacio, a quien los mexicanos le dedicaron una doble marca: primero con Marcos Palacios y después con Castro. Igual, Palacio fue desequilibrante en todo el frente de ataque. Y no lo pudieron parar, salvo con infracciones. La otra franja, la derecha, Boca recién la utilizó en los últimos 15 minutos con las subidas de Battaglia y de Ibarra. Incluso, un derechazo del Negro a los 43 minutos pasó apenas por arriba.
El problema de Boca radicó en que llegaba bien hasta los tres cuartos de cancha. Pero en los últimos 20 metros no tuvo la claridad que hacía falta y no encontró la posibilidad de armar una jugada de peligro. Sino, hubiese estado un gol más arriba en esos primeros 45 minutos. Las situaciones que creó fueron todas a través de la pelota parada: los tiros libres de Insúa.
Uno, a los 16 minutos, desde la izquierda, lo encontró solo a Palermo en el segundo palo y su cabezazo se fue por arriba. Otro, a los 22, también encontró la cabeza de Palermo, quien quiso cambiar hacia la derecha pero la pelota se cerró y pegó en el parante externo más alto. Y el tercero, a los 31m, lo anticipó Palermo de cachetada con su pierna izquierda y convirtió el 1 a 0.
En el arranque del segundo tiempo, el partido fue otro. Porque Pumas salió a meter rigor, a presionar y a llegar con velocidad hasta Abbondanzieri. Y llegó al empate con un penal dudoso que sancionó el paraguayo Amarilla: pateó Botero y la pelota pegó en la mano de Schiavi. ¿Tuvo intención el defensor de Boca? La mayoría de los árbitros no lo cobran... Pero a Marioni eso le importó muy poco, puso la pelota en el otro palo del arquero de Boca y gritó bien fuerte el 1 a 1.
Después del empate, los mexicanos tuvieron otras dos situaciones más. En una, de contraataque, Abbondanzieri tuvo que salir de su área para enfrentar a Botero y fue amonestado por tocar la pelota con la mano. En otra, Augusto —de buen partido— reventó el travesaño con un fuerte zurdazo. Pero, a partir de los 20 minutos, Boca volvió a ser el dueño del partido otra vez. Y metió a Pumas contra el arco de Bernal. Las situaciones fueron sucediéndose una tras otra. Insúa se lo perdió porque cabeceó mal. Otro cabezazo de Palermo pasó cerca del poste izquierdo. Otro más de Bilos abajo lo salvó Bernal sacando al córner. Una entrada de Palacio en el área chica la salvó Galindo en la línea. El gol estaba al caer... Siempre por la vía aérea, que le resultó muy tentadora y así Boca no intentó llegar al ras del piso.
Siguió el acoso para Bernal y la jugada cumbre ocurrió a los 45 minutos, cuando el Chelo Delgado —que ingresó por Palacio— reventó el poste izquierdo y Ledesma —que suplió al lesionado Gago— capturó el rebote y la tiró a cualquier parte. Después llegó la historia de los penales y en eso Boca demostró que tiene diploma de honor.
Y tenía que ser así... Por penales. Como en las épocas gloriosas del Toto Lorenzo o de Carlos Bianchi, cuando por esa vía conquistó cinco títulos. Este fue el sexto con el Pato Abbondanzieri —el más ganador de la historia, junto a Barros Schelotto— convertido en héroe: atajó dos y convirtió el gol decisivo. Para que Boca festeje su 15º título internacional alcanzando a Milan, Real Madrid e Independiente, nada menos. Para levantar la copa bien alto en el año del Xentenario que será inolvidable por donde se lo mire.
Boca fue muy superior en el primer tiempo, donde tuvo el control de la pelota y manejó la estrategia del juego casi a voluntad. Eso fue porque la intención de Pumas quedó rápidamente en evidencia: esperarlo, cortar el juego en la mitad de la cancha —en la zona de Battaglia y Gago— y tratar de salir velozmente en contraataque. Pero Boca no le dio esa chance porque nunca lo encontraron desprotegido.
Así, el equipo del Coco Basile monopolizó el uso de la pelota, la tuvo casi siempre y trepó la cancha con comodidad. Especialmente por el sector izquierdo donde subía Krupoviesa, avanzaba Bilos y gambeteaba Rodrigo Palacio, a quien los mexicanos le dedicaron una doble marca: primero con Marcos Palacios y después con Castro. Igual, Palacio fue desequilibrante en todo el frente de ataque. Y no lo pudieron parar, salvo con infracciones. La otra franja, la derecha, Boca recién la utilizó en los últimos 15 minutos con las subidas de Battaglia y de Ibarra. Incluso, un derechazo del Negro a los 43 minutos pasó apenas por arriba.
El problema de Boca radicó en que llegaba bien hasta los tres cuartos de cancha. Pero en los últimos 20 metros no tuvo la claridad que hacía falta y no encontró la posibilidad de armar una jugada de peligro. Sino, hubiese estado un gol más arriba en esos primeros 45 minutos. Las situaciones que creó fueron todas a través de la pelota parada: los tiros libres de Insúa.
Uno, a los 16 minutos, desde la izquierda, lo encontró solo a Palermo en el segundo palo y su cabezazo se fue por arriba. Otro, a los 22, también encontró la cabeza de Palermo, quien quiso cambiar hacia la derecha pero la pelota se cerró y pegó en el parante externo más alto. Y el tercero, a los 31m, lo anticipó Palermo de cachetada con su pierna izquierda y convirtió el 1 a 0.
En el arranque del segundo tiempo, el partido fue otro. Porque Pumas salió a meter rigor, a presionar y a llegar con velocidad hasta Abbondanzieri. Y llegó al empate con un penal dudoso que sancionó el paraguayo Amarilla: pateó Botero y la pelota pegó en la mano de Schiavi. ¿Tuvo intención el defensor de Boca? La mayoría de los árbitros no lo cobran... Pero a Marioni eso le importó muy poco, puso la pelota en el otro palo del arquero de Boca y gritó bien fuerte el 1 a 1.
Después del empate, los mexicanos tuvieron otras dos situaciones más. En una, de contraataque, Abbondanzieri tuvo que salir de su área para enfrentar a Botero y fue amonestado por tocar la pelota con la mano. En otra, Augusto —de buen partido— reventó el travesaño con un fuerte zurdazo. Pero, a partir de los 20 minutos, Boca volvió a ser el dueño del partido otra vez. Y metió a Pumas contra el arco de Bernal. Las situaciones fueron sucediéndose una tras otra. Insúa se lo perdió porque cabeceó mal. Otro cabezazo de Palermo pasó cerca del poste izquierdo. Otro más de Bilos abajo lo salvó Bernal sacando al córner. Una entrada de Palacio en el área chica la salvó Galindo en la línea. El gol estaba al caer... Siempre por la vía aérea, que le resultó muy tentadora y así Boca no intentó llegar al ras del piso.
Siguió el acoso para Bernal y la jugada cumbre ocurrió a los 45 minutos, cuando el Chelo Delgado —que ingresó por Palacio— reventó el poste izquierdo y Ledesma —que suplió al lesionado Gago— capturó el rebote y la tiró a cualquier parte. Después llegó la historia de los penales y en eso Boca demostró que tiene diploma de honor.
1 Comments:
15 a 13 >>
La copa Master y la copa Oro Nicolás Leoz que cuenta Boca para alcanzar a Independiente, no se disputan mas, fueron copas de 2 partidos, totalmente amistosas y en medio de trabajos de pretemporada. Es dudosa la inclusión de estos trofeos en el grupo selecto de Torneos Internacionales.
Independiente consiguió 3 veces la copa Interamericana, si bien esta copa no se juega más, esta se disputo durante 40 años. Imposible compararla con la Copa Master que se jugó solo 5 años, o peor, con la Copa de Leoz que se jugó solo un año.
Diario Olé >>
No está mal pedir perdón. En el ejercicio de esta profesión, muchas veces se piensa en caliente, con las victorias y las derrotas ahí nomás, y no se guarda adecuada distancia de los hechos.
Por eso, hay omisiones, errores, injusticias... El propósito de esta columna es felicitar al Rey de Copas en esta noche histórica que lo encuentra en lo más alto. ¡Grande, Rojo! Independiente es el verdadero monarca a nivel internacional. No vamos a comparar sus trofeos, obtenidos en verdaderas guerras continentales, con estas copitas de leche en las que hasta invitan a los mexicanos para hacerlas más fáciles. Claro, total, ¿qué se puede esperar de tipos que comen gusanos?
De todos modos, esto no intenta quitarle méritos al plantel de Boca, que los tiene y de sobra. Para que se entienda: con Bianchi (antes del retiro, ¡ya ni a Cúper le gana!) sale campeón hasta Matellán. ¡Hasta la Tota Medina (¿vieron que los milagros existen?)! Pero hay que ser muy hombre y muy jugador para salir campeón consecutivamente con Benítez (un técnico amateur) y con Basile, un DT que ha sabido guardar una conducta de éste y del otro lado del Atlántico: perder siempre.
Lo cual demuestra que este grupo puede sacar campeón a cualquiera. Bah, a Brindisi no (recitificación: los milagros no existen).
Por último, un mensaje de amor y paz para Independiente y Boca. El hecho de que coqueteen con el mote de Rey es en realidad un regalo de Papá Noel. Podrán tener muchas copas, pero no las comparen con las del Rojo, el Real o el Milan. ¡A ver si creen que tiene el mismo valor ganarle al Liverpool que a los muchachos de Evo Morales!
Diario Deportivo Olé
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